diumenge, 6 de maig del 2018

LETONIA. VISITA AL PALACIO DE RUNDALE



Decidimos ver el palacio de Rundale porque su emplazamiento lo hace ideal para ser visitado en la ruta de la frontera lituana hacia Riga que está a 80 kilómetros. Está situado en medio de la nada y rodeado de la campiña letona.
A pesar de que todos las guías de viaje lo destacaban como un lugar de gran belleza y como imprescindible al visitar Letonia, no me sentí atraída por ese lugar. No soy yo de palacios lujosos, ni de monarquías pomposas, me va más la sencillez de los castillos medievos. Más tarde reconocí que es una gran joya del arte barroco y rococó y símbolo del poder de los nobles en el Báltico.



Rundale significa Valle de la paz. En el siglo XVIII lo mandó construir el duque de Curlandia, Johann von Biron, cuando estas tierras aún formaban parte del Gran Ducado de Lituania. Las obras del palacio se completaron en dos etapas porque al duque lo desterraron a Siberia. Se finalizó la construcción en el año 1768, cuando Biron regresó y pudo pasar los últimos cuatro años de su vida en él.
A principios del siglo XIX Napoleón y su ejército comenzaron la invasión de Rusia y tras su paso por esta zona el palacio quedó semi abandonado y sufrió numerosos actos vandálicos.
Más tarde el palacio pasó a ser propiedad del Imperio Ruso que lo ofreció a la familia de los Zubov que lo restauraron y luego lo mantuvieron casi intacto..


En la visita guiada que hicimos vimos salones cargadísimos de decoración y con diferentes nombres: el de las rosas, el dorado, de recepción, el blanco, de baile... todos con grandes candelabros de cristal, las paredes con telas de seda, preciosas molduras de estuco, esculturas, enormes chimeneas, salas de espejos, cuadros de pintura italiana, relojes de mesa, y todo tipo de obras de arte que los adornan.



Si se quiere visitar el palacio hay dos tipos de entradas: la “visita larga” y “la visita corta”. La diferencia está en que la larga incluye también el recorrido por las habitaciones privadas del Duque.



Todo el palacio me recordó en algunos aspectos al palacio de Versalles por sus elegantes proporciones y sus hermosos jardines a la francesa donde destacan el Jardín de Rosas y el Jardín Francés. Es en este lugar donde se puede descansar o dar un relajado paseo entre árboles y sacar las mejores fotos de la fachada del palacio.
A los jardines de Rundale se puede entrar con el ticket combinado para las dos rutas o de forma independiente.




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