dimarts, 6 de juny del 2017

PARIS, UN DÍA EN LA ÎLE DE LA CITÉ (ISLA DE LA CIUDAD)



Había una vez una isla natural en medio del río Sena, en el corazón de la capital francesa. En esta isla unos pescadores crearon un poblado; sería unos 200 años antes de nuestra era. En este lugar, más tarde, se fundó la ciudad de Lutecia. En el siglo V toma el nombre de París. La comunidad fue creciendo, prosperando y fortificándose hasta convertirse en capital del reino.


Durante la Edad Media la ciudad contaba con un importante núcleo de población y pasó a ser centro político, religioso y cultural de Francia. Había reuniones de intelectuales de toda Europa que la visitaban sólo por entrar en sus escuelas-catedrales. Total, que gran parte de la vida administrativa y social de la capital francesa se ha desarrollado en este territorio en medio de las aguas del Sena y cruzado por ocho puentes.


En esta entrada proponemos descubrir en un día este pequeño territorio histórico que es la isla. La visita culminará en la Catedral de Notre-Dame


Nuestra jornada empieza atravesando el Quai (muelle) des Orfèvres, lugar donde se reunían los joyeros de la ciudad en siglos pasados y que está situado entre el Pont Neuf y el puente de Saint Michel. Desde este punto se llega a la Capilla Sainte Chapelle, hoy integrada en el conjunto que ocupa el Palais de Justice (un antiguo palacio real), la Torre de l'Horloge ( que desde 1370 ofrece reloj público a los parisinos) y la Conciergerie.


Acceder a la Sainte-Chapelle es como adentrarse en un calidoscopio; te quedas perplejo ante un espectáculo de luz y color que hace que parezca no existan las paredes, si no sólo vidrieras de colores de quince metros de altura sujetando la estructura del templo. El edificio es una obra maestra del gótico temprano y toda la obra está concebida como un joyero destinado a contener reliquias.


La Capilla cuenta con una planta inferior adonde podían concurrir la gente común y el personal de servicio del Palacio y de una planta superior, donde fueron suprimidas las paredes y se reemplazaron por los “vitreaux” más hermosos que veréis en toda vuestra vida.


Al salir de la Capilla tienes al lado la Concergerie, edificio gótico que durante seis siglos fue la prisión de París y albergó a más de 2.600 personas. Allí estuvo encarcelada la reina María Antonieta antes de su ejecución y se puede visitar una reconstrucción de su celda. Se visitan también tres hermosas salas góticas -en especial la de los Hombres de Armas-, las antiguas cocinas y la capilla de los Girondinos.


Después de tanto despliegue de historia y arte es necesario un breve descanso para tomar anotaciones en la libreta viajera y también un reposo para las piernas cansadas de “jubileta”. Este compás de espera lo encontramos en la Place Dauphine porque es un espacio no muy transitado por turistas, con muchos cafés y bistrots; también hay bancos. La plaza es de forma triangular y dicen que su urbanización sirvió para costear la construcción del Pont Neuf.


El recorrido por la Île de la Cité nos lleva después a la Place Du Parvis que está situada frente a Notre-Dame y es un continuo hervidero de gentes: viajeros despistados, grupos de turistas con sus guías, mochileros, parejas haciéndose selfies … 


La construcción de Notre-Dame se inició en 1163 y fue objeto de una profunda restauración en el siglo XIX, mejorando la seguridad del edificio que el tiempo había deteriorado. El estilo dominante es el gótico, pero también cuenta con reminiscencias del románico normando. Es uno de los templos más grandes del mundo, sólo en su nave central pueden reunirse más de 6.500 personas.


Los aficionados a la buena fotografía no pueden dejar de subir a las terrazas porque se consiguen todo tipo de perspectivas de la ciudad. Y si decides pasear en alguno de los barcos que te llevan por el Sena, podrás ver la estructura trasera, si cabe, más hermosa que la principal.


Terminada la visita a estos grandes monumentos caminamos por las calles del París antiguo hasta llegar a la Plaza Louis Lépin donde está situado el Mercado de las Flores
( Estación de metro “Cité”- línea 4 )


París está llena de floristerías, pero un mercado así es lugar único y muy curioso. Lo forman tres casetas alargadas, dispuestas en paralelo, fabricadas en hierro, madera verde y cristal. Son como enormes invernaderos que esconden en su interior todo lo necesario para arreglar un jardín o una terraza. Es parecido a un pequeño jardín botánico en el centro de París, el ambiente es relajado y el olor a campo de flores os traslada en cuestión de segundos a la mismísima campiña. Me encantó un espacio dedicado sólo al cultivo de orquídeas.


Con las últimas fotografías desde el Pont Neuf que a pesar del nombre, es el puente más antiguo de París que aún se mantiene en pie, terminamos este recorrido.






RECOMENDACIONES

La entrada para la visita a la Sainte Chapelle y a la Conciergerie es conjunta. Es mejor acudir primero a La Conciergerie a sacar la entrada para evitar colas. Duración media: 1 hora. Precio: 15 euros 

Metro: Línea 4, estación Cité y líneas 1, 7, 11 o 14 a Châtelet 

Bus: Líneas 21, 27, 38, 85, 96 

Dejo enlace con toda la información de horarios y entrada a Catedral de Notre-Dame






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