Vista,
oído, olfato, gusto y tacto ... todos los sentidos y todas las
emociones están de fiesta grande cada 23 de abril en Catalunya. Es
la fiesta más sentida y celebrada en todo el territorio.
Sant
Jordi es patrón de caballería, hombre de honor y de fe, osado y
noble. Su patronazgo se extendió a muchos países: es patrón de
Inglaterra, de Grecia, de Portugal, de Lituania, de Génova, de
Georgia, de Etiopía, de Bulgaria, de Portugal, de Cáceres y de
Alcoy. Y fiesta muy grande en Aragón y Catalunya.
La
tradición cristiana coincide en situar a Sant Jordi como un soldado
romano nacido en Capadocia en el siglo III, que protagonizó muchas
gestas por Oriente para acabar muriendo, tras un martirio por
convertirse al cristianismo.
Pero
lo que es más conocido por todo el mundo es la leyenda de este
personaje, que quedó recogida en el siglo XIII por Santiago de la
Vorágine en su obra "La Leyenda Dorada". En esta versión,
sin embargo, la acción transcurría en Libia.
La
versión de la leyenda más popular en Catalunya explica que en
Montblanc (Conca de Barberà) vivía un dragón terrible que causaba
estragos entre la población y el ganado. Para apaciguarlo, se
sacrificaba al monstruo una persona escogida por sorteo. Un día la
suerte señaló a la hija del rey, que habría muerto de no ser por
la aparición de un caballero con armadura que se enfrentó al dragón
y lo mató. La tradición añade que de la sangre derramada nació un
rosal de flores rojas.
Dicen que es mucho mejor terminar algo que no empezarlo. Por
eso, cuando Sant Jordi hubo terminado la dura tarea de librar la
princesa de las garras del dragón, se organizó un festival de los
grandes.
Las
crónicas no lo cuentan, pero me juego cualquier cosa que San Jordi
se quitó la armadura y se hartó de bailar. Sobre todo, con la
princesa, que era muy hermosa y simpática.
5n son los combates y las aventuras, sino la alegría "
5n son los combates y las aventuras, sino la alegría "
No
hace falta que las leyendas sean ciertas, tan solo hace falta que
sean bonitas.
En
Catalunya se celebra este día de una forma muy popular y la gente
inunda las calles más céntricas con ganas de regalar, de besar, de
abrazar, de acordarse de su gente… es un día mágico en general.
La
fiesta salta y danza entre las paradas de rosas y libros que hay en
las calles tanto si llueve como si hace buen tiempo.
La
celebración no puede ser más sencilla: el ritual consiste en
pasear, comprar una rosa, un libro o las dos cosas, para regalar a
las personas queridas, familiares y amigos.
Sant
Jordi y el paseo obligatorio llenan las calles y plazas convirtiendo
la jornada en una singular fiesta nacional que curiosamente casi
siempre se celebra en un día laborable
La
tradición de la rosa tiene su origen en la Feria de los Enamorados
que se celebraba en Barcelona el siglo XV, cuando se tiene constancia
de que se regalaban rosas a todas las señoras que asistían a las
celebraciones que tenían lugar en la capilla de Sant Jordi del Palau
de la Generalitat.
La
rosa roja es un símbolo de pasión y la espiga de trigo, con que se
adorna, sería un símbolo de fecundidad.
La
costumbre de regalar libros comenzó en la Ciudad Condal en 1926 como
una propuesta del editor y escritor Vicent Clavel a la Cámara de
Oficial del Libro de Barcelona, pero no fue hasta 1930 que se acordó
instaurarlo en el 23 de abril, fecha de la muerte de Cervantes.
El
próximo 23 de abril volverá Sant Jordi con una rosa y un libro. Una
rosa como símbolo de amor y un libro como símbolo de cultura.
Esta
tradición llenará calles y plazas de libros y flores. Ríos de
gente tomarán las calles de todas las localidades catalanas y
convertirá la ciudad en jardines y librerías al aire libre.
Como siempre pienso en los libros como hijos adoptivos en busca de hogar, deseo que encontréis al vuestro entre las paradas de Barcelona.